Diferentes expresiones artísticas alcanzaron un alto grado de naturalismo y refinamiento técnico en época magdaleniense. La superficie plana de algunos huesos, como es el caso de los omóplatos, se convirtió en el soporte ideal donde grabar diversas figuras de animales. Este fragmento de hueso es una escápula de cabra decorada. Mediante un grabado estriado, fino y múltiple se representan los cuartos traseros de un bisonte, distinguiéndose la línea dorsal, desde la giba hasta la cola, patas traseras y vientre. La sucesión de un conjunto de incisiones en esta zona proporciona un efecto de volumen y marca el pelo del animal.