Esta obra es una crítica a la sociedad actual, donde la tecnología ha ido alejando a los seres humanos de las cosas más sencillas que los rodean -como, por ejemplo, lo simple y puro que pueden ser los sentimientos de un niño- por esta razón, el robot queda fascinado ante la sensibilidad de la pequeña. El artista nos brinda una reflexión más: “no hay que olvidar el entorno pues este, en ocasiones, es digno de admirar”.