La disposición de los músicos demuestra que estas esculturas fueron trabajadas con anterioridad en talleres y que, como en el resto del Pórtico, luego fueron adosadas a la arquivolta del arco central. Uno de los casos que evidencia la dificultad de encaje y los ajustes realizados en el momento de la colocación, se presenta en la figura del ángel que traspasa las almas y que roza con la cabeza del segundo músico de izquierda a derecha.