El texto esculpido en uno de los laterales largos del dintel estuvo visible al espectador, mientras que la narrativa esculpida quedaba hacia abajo; esta forma de disposición (la imagen hacía abajo y el texto en el lateral visible y frontal) fue muy empleada en el área maya. El dintel representa a dos entidades sobrenaturales sentadas de perfil mirándose cara a cara y, por el movimiento de sus manos, dialogando. La figura de la izquierda es una deidad masculina, con ojo cuadrado, uno de los rasgos físicos que identificaban a los dioses y seres sobrenaturales. Este personaje porta un tocado anudado en la parte delantera, orejera circular, un collar de cuentas que ata y cuelga por la espalda y un faldellín corto. Junto a su boca se reconoce una voluta que semánticamente se interpreta como habla. La voluta de habla se encuentra bien identificada en las culturas del centro de México y también se reconoce en algunas representaciones mayas, aunque es menos habitual.
La figura de la derecha es la diosa lunar. Lleva el cabello recortado en la parte superior; una orejera circular y un collar de cuentas que ata y cuelga por la espalda, un diseño característico del período Clásico. También muestra una voluta de habla, al igual que su interlocutor, y gesticula con una de sus manos, lo que indica que están conversando. La diosa lleva en uno de sus brazos el signo de brillo identificativo de los dioses. Además se muestra cargando su atributo principal; un semicírculo en forma de U que cruza y sale por debajo de su brazo izquierdo y que se corresponde con el glifo uh “luna”.
Este signo es reconocible en representaciones de carácter sobrenatural del período Clásico tardío, así se advierte en el Panel 2 de Bonampak, en el que un dignatario emulando al dios solar del inframundo se encuentra sujetando al conejo, un ser ampliamente relacionado con la luna, dentro del signo lunar en forma de U. Igualmente, encontramos en las vasijas clásicas representaciones de la diosa de la Luna con su signo distintivo. Así, en el vaso del catálogo de Justin Kerr K504 se observa que la diosa de la Luna está sentada junto a otra entidad sobrenatural en una banca real y frente a un dignatario maya que porta vasos de cacao, como si de una escena de corte se tratase. Sin embargo, la presencia de los dos personajes sobrenaturales interactuando con el soberano maya convierte la escena en un evento de carácter mitológico y sobrenatural. Tal vez, esto mismo, asociarse con un evento sobrenatural, fue lo que pretendió el personaje que mandó esculpir este monumento, mencionado en el texto que ocupa el lateral del dintel como K’awiil Tok.
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