Su destreza para interpretar el mundo exterior la ha convertido en una especialista en el género del retrato, al cual despoja de su carácter comercial para imprimirle un sello testimonial. En Don Rosendo en la ronda nocturna hace una clara alusión a los carabineros del capitán Frans Banning Cocq inmortalizados por Rembrandt van Rijn en La ronda nocturna (1642), para armar un retrato colectivo con personajes de la cultura tapatía, y toma como escenario el exterior del cine Roxy, un importante foro de la época, cuya fachada asoma en segundo plano.
Al frente aparece Don Rosendo, asistente asiduo a las exposiciones que se inauguraban en la ciudad. Un callado personaje que todos estimaban, sin saber cuál era su quehacer en la vida, y que aparecía sonriente con una copa en la mano en todas las galerías.