Este paisaje urbano ensoñado es una de las obras mejor conocidas de Orozco Romero. Fue realizado poco después de que André Breton aclamara a México como el país surrealista ?por excelencia?. Al margen de esta declaración, el pintor, junto con Agustín Lazo, Carlos Mérida y otros, experimentó con las tendencias surrealistas mucho antes de la famosa visita de Bretón en 1938. Pese al hecho de que Orozco Romero era uno de los artistas representados por la Galería de Arte Mexicano, no fue incluido en la Exposición Internacional de Surrealismo en México en enero de 1940. En cambio, en Estados Unidos exhibió obras en la Golden Gate International Exhibition, y en la Feria Mundial de Nueva York. De hecho, tal vez Sueño fue pintado mientras Orozco Romero radicaba en esta última ciudad con una beca de la Fundación Guggenheim. Por lo tanto, quizá su inspiración provino de su nostalgia por México y su natal Jalisco. La cualidad onírica de Sueño se consigue mediante una escala radicalmente distorsionada en combinación con la perspectiva plenamente exagerada. Las diminutas figuras humanas pretenden elevar un globo sonriente, inspirado en las alcancías pintadas de Tonalá. Aunque mucho más reducidas, estas figuras recuerdan a las de tipo títere en La protesta (1939, colección Jacques y Natasha Gelman). El inquietante y premonitorio paisaje urbano trae a la mente la serie de pinturas Ariadne de De Chirico; y mientras que las paredes de estuco blanco y ocre, que retroceden en exagerada perspectiva, traen fuertes recuerdos del México provinciano, las grandes cabezas y distorsiones de escala evocan a Miró o a Tanguy y hasta podrían ser una metamorfosis del Trylon y el Perisphere (obelisco de tres caras y una construcción esférica, respectivamente) de la Feria Mundial de Nueva York en 1939. Al margen de los referentes, al crear un paisaje onírico, Orozco Romero declaró su comprensión de los principios centrales del pensamiento surrealista: la asombrosa yuxtaposición de elementos no afines y la idea de que el ?verdadero pensamiento? sólo puede ser alcanzado en el inconsciente o en el sueño. Vid. Adriana Zavala, Arte moderno de México. Colección Andrés Blaisten. México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2005.
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