Con esta instalación –The Grand Tree and the Three Ex-Lovers – Erika Harrsch, artista multidisciplinaria, crea un lenguaje visual que remite a Duchamp, Courbet y los surrealistas. La artista utilizó materiales como rocas, plástico, vinyl, acero y madera. Las estructuras bidimensionales se valen de elementos que a simple vista parecen aleatorios pero que nos enfrentan a diversas asociaciones binarias que en ocasiones incomodan al espectador: lo masculino y lo femenino, lo íntimo y lo voyerista, lo orgánico y lo inorgánico, lo sólido y lo fluido, lo suave y lo rígido, lo enraizado y lo flotante. Las piezas nos envuelven, creando una tensión entre la necesidad de encajar y el sentimiento de sentirnos ajenos a un mundo cada vez más volátil y turbulento.