Durante las décadas de 1960 y 1970, León Ferrari alternó su oficio como ingeniero con la actividad artística, hasta que en 1977 decidió dedicarse exclusivamente al arte. A lo largo de su trayectoria ha explorado diferentes tendencias, siendo ampliamente reconocido a nivel internacional. Este pieza forma parte de la serie Arquitecturas de la locura, que comenzó a realizar en la ciudad de São Paulo (Brasil) cuando migró de su país en 1976 por miedo a la dictadura militar. El dibujo arquitectónico es metafórico de la racionalidad moderna: una lógica que aspira ordenar la sociedad por medio del diseño controlado de los flujos de vida.