«¡La muerte es lo más bello…! Brinca el que todavía está fuertemente atado a las cosas que lo rodean: al aguardiente que bebe, a la yuca que come, al tabaco que fuma, a la finca, a la vaca, a los bienes que posee… Pero el que se ha puesto en armonía con el infinito, con el cosmos, y ya no quiere ni beber, ni comer, ni fumar, ni poseer, ése ya dejó de vivir… El Fernando González del régimen de la vaca, de la finca y del plátano, ése muere… El Fernando González, como idea, no… Cuando a un ser humano le faltan las ganas, ya murió… La naturaleza produce mucha cosa inútil, o aparentemente inútil, para que sobreviva o quede algo esencial. Lo que pertenece al tercer conocimiento de que habla Spinoza, no muere… No puede tener derecho a la eternidad sino el que se haga digno de ella… No se concibe el cielo lleno de basura… Así…, los animales tienen derecho a la eternidad…». —Fernando González, citado por Félix Ángel Vallejo en el libro «Retrato vivo de Fernando González»