"Es a través de los recuerdos que una persona adquiere un sentido de reconfirmación sobre sí mismo, de los motivos y las excusas de su ser. Pero es más bien la tragedia y al temor del recuerdo de la misma, la que incita al deseo de vida, a la búsqueda refulgente de la calma y a la avasalladora experiencia de lo que es vivir completamente.
No obstante, esa vida ellos no la llevan. Ellos que nacen en la calma de la verdad acolchada, de las burbujas de la seguridad familiar, del lenguaje prudente, se separan de la realidad y se fabrican por medio de imaginaciones fantásticas y torpes lo que es la existencia.
Vivir en un confort emocional que carece de contrastes, de contacto audaz y de la osadía de una carcajada honesta les resulta en una vida que se amodorra eternamente sobre la línea tenue de la discreción y la timidez por su propio desconocimiento del mundo y sus sensaciones.
Una vida sin complicaciones donde solo sumerge la ineptitud afectiva y social."
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