Longitud: 82 cm. Altura: 41 cm. Grosor: 16 cm. En la escena aparecen dos figuras masculinas togadas -que constituyen sendos retratos de los difuntos- , situadas frente al espectador sobre el fondo de un parapetasma (gran paño corrido que cubre el fondo de la escena). Éste debió estar sujeto en ambos extremos por dos erotes de los que sólo se ha conservado el de la izquierda. El retrato más completo corresponde a un hombre de mediana edad, con entrecejo fruncido, ojos grandes, barba ensortijada y cabello abundante de largos mechones, dispuestos hacia adelante a todo lo largo de la frente y sienes, dejando libres las orejas. La figura que lo acompaña ha perdido toda la parte delantera del rostro, restando sólo las orejas y parte del cabello y barba, no obstante por la similitud en los perfiles y contornos podría deducirse una relación familiar entre ambos. La escena es habitual en los repertorios de sarcófagos romanos y por el análisis de los retratos se fecha en el siglo III d.C.