Este retrato en carboncillo de Caldas, fue realizado por su hija Juliana Caldas a mediados del siglo XIX. Muestra un hombre no muy robusto, de tez pálida, con ojeras y rasgos marcados por su delgadez. Estas características físicas han sido asociadas a una enfermedad que padeció Caldas hacia 1803, y que actualmente, se le conoce como Paludismo.
Reg. 3357