En 1952, Frida pintó sus obras en la cama mientras convalecía, Frida entre sus múltiples comentarios expresa: “El doctor Farill me salvó. Me dio la alegría de vivir. Tengo Corsé de yeso, que a pesar de ser una lata polvosa, me ayuda
a sentirme mejor de la espina. No tengo dolores solamente cansancio...”