La cultura religiosa del siglo XII creó la metáfora del árbol para representar genealogías humanas y espirituales. Esta pintura representa el árbol monástico de la Orden Dominica con sus principales santos y, presidiendo la figura, se yergue la Virgen del Rosario. Ella se encuentra sobre un tronco de vid, con el cual se mimetiza. Desde este leño surgen ramas sobres las cuales se apoyan los bustos de santos dominicos vestidos con el hábito de la orden y premunidos de sus atributos. Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de Predicadores, se encuentra recostado en la base de la vid, tanto como raíz y como semilla del árbol.