El Salón de los Embajadores era el salón principal del palacio, utilizado como salón del trono del Rey Don Pedro I, donde recibía a las personalidades importantes de su época.
La sala es cuadrada, similar a la “qubba” musulmana en la que el cuadrado simboliza la tierra y la cúpula sería el Universo.
Una decoración de Mocárabes formando una estrella, une el cuadrado con el círculo. Los balcones de forja fueron realizados en época de Felipe II, a finales del siglo XVI.
En el friso que recorre la parte alta de la sala aparecen retratados los monarcas españoles, pintados por Diego de Esquivel en 1599.