Esculltura abstracta de madera pintada en blanco que muestra el interés del artista por estudiar las posibilidades geométrico-formales del espacio mediante la inserción de un volumen descompensado que rompe la línea recta de manera desequilibrante. La pieza está especialmente diseñada y adaptada para ser insertada en el trujal de la sala de exposiciones del Museo Juan Cabré.