El evidente adelanto técnico con que Occidente inició su andadura dentro de la nueva centuria, proporcionaría a la esfera de las artes una concepción optimista de la vida que fue, obviamente, reflejada por los artistas que ejercieron su actividad durante los años del modernismo. Esto, a nivel más profundo, llevó al tratamiento de temáticas sensualistas fuertemente cargadas de idealidad, que tuvieron en la mujer su exponente más prototípico y al servicio de las que pintura llegó a poner una nueva gama de colores cálidos que expresaban simbólicamente esa nueva alegría de vivir.
Ejemplo del colorido cálido y diáfano y la fuerte sensualidad que, en base a las tendencias más modernas de entonces, dotaría siempre a su obra, es esta acuarela de los primeros momentos cordobeses de Ángel Díaz Huertas.