En la década del 50, se marca el comienzo de un nuevo lenguaje de carácter universal y con características propias, promovido por jóvenes artistas que bajo la influencia de Ricardo Grau, Lajos D'ebneth, Jean Dewasne y Jorge de Oteiza, y las acciones del Grupo Espacio y la Galería de Lima, buscaron romper con la tendencia figurativa.