Ejercicio de aproximación sensible sobre el problema de la desterritorialización que hace uso de múltiples vestigios de retratos realizados en carbón sobre papel, que son superpuestos sobre folios plásticos para inducir un proceso de transferencia parcial de sus imágenes sobre el nuevo soporte. Así, cada retrato pierde su autonomía no solo en el instante en que se suprimen sus definiciones faciales (resultado del roce entre los dos materiales) sino al ser reunificados en uno nuevo que parece abducir en la construcción de un ser ajeno. La imagen final es una suma de capas que se conjugan entre el espesor y la transparencia y que devienen como una especie de metáfora corpórea de un estado de amnesia.