A 100 años de la muerte de José Guadalupe Posada (1852-1913), los mexicanos conmemorarmos el talento y la disciplina del extraordinario artista. El muralista Diego Rivera, quien reconociera en sus grabados una influencia definitiva para la llamada Escuela Mexicana de Pintura, dijo del grabador e ilustrador: “Tan grande como Goya, Posada fue un creador de una riqueza inagotable. Ninguno lo definirá. Su obra es la obra de arte por excelencia”. El Colectivo Última Hora del Faro de Oriente de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México realizó piezas monumentales de cartonería para el Zócalo, una de ellas representa en volumen el grabado conocido como El Quijote, que en cada una de sus caras lleva la “Garbancera”, mejor conocida como la Catrina. Otra de las piezas fue un grabado de José Guadalupe Posada, en un área de 10 metros de largo, 6 de ancho y 3 de altura, sobre el cual se montaron diversas calaveras del montón que daban la impresión de estar grabando con gubias el rostro de su autor sobre la madera, a manera de agradecer el haber sido creadas.
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