Se atribuyen a diferentes monarcas leyendas sobre los inicios de las tapas. Una leyenda ampliamente aceptada sitúa en Andalucía, con su caluroso clima en verano, el origen de la costumbre de tapear: para evitar que entrara polvo o moscas en la bebida, ésta se tapaba con un trozo de queso o embutido. Esta leyenda coloca al monarca Alfonso XIII en el centro de la misma. Estando el rey en una venta tomando un fino, un camarero, al ver que se levantaba un remolino de arena, puso una loncha de embutido encima de la copa del monarca que éste se comió después. Varias tabernas gaditanas y sevillanas aseguran ser el escenario de los hechos.