Esta instalación es una réplica cartográfica de Kobani, ciudad destruida por intensos conflictos bélicos ocurridos en el 2015 en Siria. Esta urbe padeció la diáspora de 300,000 habitantes y sufrió por cuatro meses ataques aéreos y terrestres con centenares de explosiones, hasta convertirse en inhabitable.
La obra está compuesta de 500 cubos de concreto de 10 centímetros, colocados sobre el suelo, de tal forma que reproducen el trazo urbano de estas jóvenes ruinas urbanas. La acompaña una reproducción pictórica de una imagen satelital actual y dos fotografías de archivo que muestran un mismo ángulo, antes y después de la destrucción. La pieza integra corporalmente al espectador, para enfrentarlo al caótico desenlace de la autodestrucción humana, con la atractiva posibilidad de contemplarla a la distancia.