Barroco es por antonomasia Wurzburgo. La casa de verano de los príncipes-obispos del bastión católico de Baviera, actual Alemania, fue construida y decorada en el siglo xviii por un equipo internacional de arquitectos y pintores dirigidos por Balthasar Neumann (1697-1753).
Ahí se encontraba el veneciano Giambattista Tiepolo (1696-1770), quien llevara como ayudantes a sus hijos Lorenzo y Giandomenico.
De aquella empresa viene esta delicada tinta sobre papel: Por su formato horizontal alargado, el trazo cuidado y repasado, este dibujo es la producción más temprana del joven Tiepolo, escribió el especialista George Knox. Se trata de un boceto para el friso de la estancia-comedor.
El delicado trabajo de Giandomenico guarda similitud con su Expulsión de los mercaderes del
templo, sito en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, así como con Cristo y la higuera estéril de un fondo privado en Vancouver, Canadá.
Esta obra es anterior a La Institución de la Eucaristía (1752) de la Antigua Pinacoteca de Múnich, Alemania y la del Museo Estatal de Arte de Copenhague (1753). En todas, los discípulos se reúnen en torno al Salvador. Para 1778 Tiepolo pintaría otra vez el pasaje en un formato vertical, que ahora exhibe la Academia de Venecia. Un poco más tarde, volvió a representarle en su reconocida serie del Nuevo Testamento, hoy en el Museo del Louvre.
Este dibujo fue confundido y puesto a la venta en 1986 como Cristo curando a los enfermos. Pan de vida y salvación que transita entre el Rococó y Neoclasicismo.