La Transfiguración, obra cronológicamente muy cercana a La Visitación, presenta la característica ambientación teatral de Giulio Pippi. Esta tinta nos muestra a un Cristo en Maiestas con su doble naturaleza, humana y divina.
Mateo escribe cómo el Señor se apareció vestido de gloria, hablando con Moisés y Elías, ante sus tres discípulos preferidos: Pedro, Juan y Santiago. Esta teofanía o revelación de lo divino, sugiere el misterio de Dios Padre que, benévolo, muestra a su hijo transfigurado ante ojos mortales, resplandeciente como el sol y vestido de luz.
Con un dibujo menos preciso que en La Visitación, encontramos nitidez en las expresiones y la gestualidad de los personajes que integran la escena. Es el caso de Pedro quien, situado en el ángulo izquierdo del primer plano, evidencia el asombro y regocijo –en su actitud y movimiento– que la visión le produce.
Resulta imprescindible señalar que el profesor Alfonso Pérez Sánchez y Benito Navarrete identifican esta obra, por el resalte de la tinta con albayalde, como posible autoría del pintor toscano Vicente Carducho (Vincenzo Carducci), quien trabajó en Madrid hacia el primer tercio del siglo XVII.
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