La forma de este poporo, o recipiente para cal usado en la masticación de las hojas de la planta sagrada de la coca, se inspira en los volúmenes redondeados de una calabaza. Estos y otros frutos, como los calabazos y las totumas, utilizados en épocas prehispánicas y aun hoy en día para la elaboración de recipientes y otros artefactos, fueron ampliamente representados de manera estilizada por los orfebres y ceramistas del Cauca Medio en el periodo Temprano. Los objetos de orfebrería con estas formas se distinguen por su maestría, sobriedad, redondez y superficies lisas y brillantes, características que motivaron su apreciación como obras de arte en el siglo XIX y su coleccionismo por museos europeos.
La perfección de este objeto evidencia la maestría de su artífice, quien empleó para su elaboración la técnica de la fundición a la cera perdida con el uso de un molde de arcilla con núcleo interior de arcilla y carbón que se sostenía en posición mediante tabiques cuyas marcas se observan como unos pequeños círculos visibles hacia el centro de las bulbosidades del fruto inferior. Su color rojizo, común a muchos objetos del estilo Quimbaya, se debe al uso de una tumbaga –aleación de oro y cobre– con un alto contenido de cobre. Como rasgo único, esta pieza presenta una delicada tapa que se ajusta perfectamente dentro de la boca del recipiente. MAU