La forma de esta cabeza de león, ladeada, hace que se pueda clasificar a esta pieza dentro del conjunto de leones considerados ibero-romanos. Esta atribución es debida a su aproximación a los conjuntos helenísticos, arte que obtuvo un considerable desarrollo en la Península Ibérica desde la conquista romana.
La función de esta escultura sería la protección del difunto, situándose en las sepulturas de pioneros colonos itálicos en la Alta Andalucía o iberos plenamente romanizados en fases muy tempranas. La cronología que se plantea sería la definida para el grupo de leones hispanoromanos fechados entre el S. II a.C. y el S. II d.C.