Entre 1758 y 1765, Mariano Salvador Maella permanece en Roma desarrollando una extraordinaria labor como parte de lo que puede considerarse el final del periodo formativo. Durante estos años, realizaría numerosos dibujos y, entre ellos, ocupan un destacado lugar las Academias, muchas de las cuales fueron enviadas a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. De estos envíos, quedan constancias de los realizados en 1760, 1763, 1764 y 1765, sumando un total de 42 dibujos de Academias más otro grupo cuyo número no se especifica. Fueron, sin duda, unas obras muy apreciadas y de ello da prueba el que, a la hora de seleccionar dibujos, para enviar a la Academia de San Carlos de Valencia, los académicos de San Fernando eligieron los de Maella para que sirvieran de modelos de aprendizaje.
Una de las Academias realizadas en Roma será esta firmada y fechada en noviembre de 1759, cuando el artista tenía 20 años, respondiendo a este tipo de dibujos que, a partir del siglo XVIII, fueron tan frecuentes.
Repite Maella en esta obra formato e inscripción similares a otros muchos de los dibujos llevados a cabo durante sus años romanos, realizados en gran formato sobre papel verjurado y con una detallada inscripción que deja constancia de su nombre junto al mes y año de realización, constando además -en este como en otros casos- un número de serie que debe corresponder al orden de ejecución o a la numeración de un posible cuaderno o cartilla de estos dibujos.
Realizada a sanguina, procedimiento habitual en las academias romanas del maestro, está en perfecta consonancia técnica y estética con los dibujos conocidos de este periodo.
Es éste un fiel reflejo de lo que, para Pérez Sánchex, son las Academias de Maella, que muestran bien el rigor y precisión de su formación en el estudio del desnudo, incluso en sus primeros años.