Espejo realizado en bronce compuesto por dos piezas, disco y enmangue. El disco presenta una decoración compuesta en su borde exterior por una gráfila (fila de orificios circulares) muy habituales en estas piezas. La cara que portaba el elemento reflectante está limitada por una pequeña faja incisa; en cambio, la cara que no refleja muestra un repertorio decorativo más amplio, una faja más ancha limitada por incisiones y un filete, todo ello circundando un pequeño botón central en relieve que a su vez está rodeado por una moldura. El mango está compuesto por tres balaustres de los que quedan dos, resaltados por anillos separados. Ambas piezas están unidas mediante soldadura. Tecnicamente se encuentra diferencia entre la calidad del mango y la del disco, que es superior, por lo que se supone que ambas piezas están realizadas por autores diferentes. Uno de los elementos principales de la producción broncística etrusca fueron los espejos, que formaban parte de los ajuares funerarios encontrados en las tumbas femeninas. Esta tendencia pasará después al mundo romano, ampliándose su uso al doméstico. Procede de Ucubi, identificada con la localidad cordobesa de Espejo.