Mi tía, mi amiguito y yo recuenta juguetonamente la popular práctica de posar para un retrato en un estudio fotográfico. Una mujer vestida a la moda porfiriana y dos niños pequeños posan rígidamente frente a un telón de fondo decorado con árboles y una fuente. La niña de vestido amarillo es un autorretrato de la propia pintora, y se toma del brazo con un jovencito inmaculadamente vestido de blanco, zapatos de un rojo brillante y un cinturón que les hace juego. La decadencia de los estudios fotográficos en los años treinta y cuarenta ?debido a la creciente popularidad de la cámara personal? propició un gran interés y nostalgia por las viejas fotografías entre artistas y escritores. Sin embargo, este cuadro no parece basarse en una fotografía en particular. Aunque el autorretrato de Izquierdo es similar a un conocido retrato suyo a la edad de seis años, tomado en un estudio, no existe ninguna fotografía que documente a la tía o al ?amiguito?, ni la familia de Izquierdo tiene certeza en cuanto a sus identidades. Es más probable que la pintura sea una elaboración imaginaria que sintetiza elementos de su niñez con su propio lenguaje pictórico, al mismo tiempo que evoca el misterioso anonimato que emanan las viejas fotografías para el coleccionista y el espectador. Cuando esta obra se presentó en una exposición suya de 1943 en el Palacio de Bellas Artes, un crítico comentó que los personajes tenían un ?aire melancólico y muerto?. Ciertamente, el cuadro trasluce una expresión pensativa en la severa mirada de la tía y en la forma en que su puntiaguda sombrilla encierra a la pequeña Izquierdo dentro de la escena. Por su cuidadosa atención a los colores y a los diseños de la ropa y la joyería, Mi tía, mi amiguito y yo también se inspiró en el gran retratista provinciano del siglo XIX, José María Estrada. Durante una exposición de pintores jaliscienses realizada en la ciudad de México en 1942, Izquierdo escribió entusiastamente sobre Estrada, señalando su admiración por el cuidado en los detalles de la ropa de los modelos de este pintor, incluyendo los encajes, las perlas y, en un ejemplo, por los zapatos de un niño ?de color rojo audaz y fantástico.? Terri Geis, Arte Moderno de México. Colección Andrés Blaisten, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2005.
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