La Nebhundila es unx habitante de Nebhundular, un paisaje-mundo de ficción especulativa que conformó mi última muestra individual. En Nebhundular las líneas se convierten en figuras, un cuerpo pasa a ser un curso de transformaciones. Un dibujo es, evidentemente, un encuentro. A través de un magnetismo flotante, los caracteres del color y la luz se curvan y transparentan con sus poderes expansivos y oblicuos ¿qué formas puede tener lo que se alía, enlaza, teje, aglutina, amalgama, enrosca? En este paisaje cada elemento puede deformar y ser deformado sin la rigidez cruel de un mundo en el que unas cosas prevalecen sobre otras. La historia de Nebhundular es conocida por su búsqueda de blandura, por hacer que los estados materiales sean cada vez más permeables. Y decir permeabilidad material es lo mismo que decir dibujo con espíritu de paseo.