La elección de este pasaje bíblico no es fortuita: el momento del bautismo de Cristo que para la Iglesia romana es una muestra de humildad del hijo de Dios y supone la presentación por el profeta a la comunidad de fieles, para los Reformistas es, sin embargo, un argumento en contra de la virginal divinidad de Maria ya que Jesús se vio obligado por el bautismo a redimir el pecado original. A la importancia que el tema tuvo entre los reformistas se debe la profusión de versiones pintadas por Cranach; Friedlander y Rosemberg