Timoteo con una máscara de gas, quiere consumir lo poco que queda de luz. Es el último foco después de haber terminado con el aire y todo lo que estaba a su paso. El mundo aparece como un lugar un poco lúgubre. La acidez de esta obra está marcada por los personajes: tres nómadas sobrevivientes de un cataclismo, y que migran de un lugar a otro, sin posibilidad alguna de asentarse y sembrar raíces. “Con esta obra quiero plasmar la desvalorización de la sociedad contemporánea, sin un proyecto definido, marcada por un consumismo sin responsabilidades ni obligaciones”.