Los 21 globos de plomo dispersos en el piso corresponden a una triste anécdota: el gobierno mexicano deportó a 21 niños centroamericanos que viajaban solos, rumbo a los Estados Unidos, y ante la cobertura mediática, las autoridades decidieron darle a cada niño un globo blanco con helio para disfrazar esta deportación como
un regreso a casa.