Los tarros de farmacia utilizados para especias y medicamentos fueron una especialidad de los alfareros talaveranos durante los siglos XVI y XVII. De color blanco y azul cobalto, su forma alta y esbelta facilita el almacenamiento, Una etiqueta escrita dentro de una cartela indica su contenido. Se han conservado 105 botes y a la vista de los letreros y de los inventarios conservados podemos afirmar que la botica del Hospital Simón Ruiz era extraordinariamente rica y avanzada para su tiempo, una síntesis de la terapéutica renacentista y barroca, con productos de procedencia europea, oriental y americana.