El cabello se organiza en bucles pastosos y muy rizados con bastante volumen. En la frente, los rizos, con toques de trépano forman contraste de luces y sombras. Los ojos grandes y almendrados que miran al frente junto con la poblada barba cortada o partida al medio dan una fuerte personalidad al rostro del emperador. Este tipo de retrato oficial se realiza a partir del año 199, cuando Severo, tras varios años de guerras civiles, había controlado todo el Imperio y anexionado Mesopotamia.
Septimio Severo gobernó el Imperio romano desde el año 193 al 211. Fundó con su mandato, la dinastía de los Severos y acentuó de manera muy marcada el carácter militar y despótico del poder imperial. Tenía un temperamento muy difícil, pero mucha energía, entusiasmo y dotes para el gobierno. Toda su vida estuvo programada por y para la guerra.
Herodiano dice que, entre sus rasgos más acusados, estaba la sencillez en el vestir y su acento norteafricano, que conservó hasta el final de sus días.