La Academia Española de Gastronomía, hoy Real, otorgó a Ferran Adrià, en 1992 el Premio Nacional de Gastronomía al mejor jefe de cocina. Dos años más tarde, en 1994, obtuvo el Grand Prix de L'Art de la Cuisine de la Academia Internacional de Gastronomía. Juli Soler obtuvo el Premio Nacional al mejor director de sala en 1990.