El principal evento de la fiesta del Corpus era la procesión en la que la hostia consagrada era exhibida por las calles dentro increíbles piezas de orfebrería creadas para dicha celebración. La colegiata de san Antolín encargó esta custodia al pLatero medinense Cristóbal de Vergara y años más tarde fue dorada por el Ayuntamiento de Medina del Campo.