Los refractómetros comenzaron a utilizarse con gran frecuencia a partir de la segunda mitad del s. XIX tanto en laboratorios como en procesos industriales. Este modelo, descrito en 1888 por el físico Carl Pulfricht (1858-1927) sirve para medir el índice de refracción de los líquidos a diferente temperatura, la cual se consigue mediante una corriente de agua que circula por el tubo que contiene la muestra.