No hay pruebas contundentes de la existencia en Mesoamérica de la técnica del teñido por reserva sobre hilos (jaspe o ikat) en la época precolombina. Sin embargo, ejemplares arqueológicos de la técnica plangi —palabra malayo-indonesia que se refiere al proceso de atar textiles para luego teñirlos— fueron hallados en una cueva en el valle de Tehuacán, Puebla. De igual manera un fragmento con batik, reserva por cera o pasta sobre una tela, se encontró en la Cueva de Chiptic en Chiapas. Estos descubrimientos echan luz sobre la posibilidad de la práctica de jaspe o ikat en Mesoamérica.
Este rebozo ilustra un complejo diseño en el que juegos de hilos de seda se tiñeron en uno o hasta tres colores. Es posible que para este ejemplar se utilizara cochinilla para el rojo y barba de león o zacapalli (bejuquillo) para el amarillo. Para obtener el verde, el hilo teñido de amarillo se teñía de nuevo con azul (añil).
El rapacejo está compuesto por trenzas de tres hebras dispuestas en triángulos que crean un enrejado