A partir de casquillos de bala de diferentes calibres, Antonio Castañeda Ortiz construyó un mapa de nuestro continente, no únicamente para representar la región con los índices de violencia más altos del mundo, pero también para ilustrar de forma actual, una geografía caótica. Estamos en un momento turbulento donde discursos nacionalistas buscan disimular un orden civil amenazado por las fracturas sociales.