Más conocida como Balsas en el Titicaca, Puno, este óleo forma parte de una serie de cuadros sobre paisajes de esta región que Jorge Vinatea Reinoso pintó entre 1928 y 1929, deslumbrado por la belleza del Altiplano. La obra muestra un grupo de barcas en el lago Titicaca, en cuya orilla opuesta distinguimos a la ciudad de Puno. Aunque el pintor ha representado de manera sintética los distintos elementos de la composición, también los ha seleccionado de forma calculada y nos permite identificarlos con claridad. Así, todos los personajes que aparecen en la escena están vestidos con trajes tradicionales y no hay ningún elemento que aluda a la vida moderna. De esta forma nos muestra una ciudad que parece detenida en el pasado, en un tiempo asociado a la catedral que sobresale al fondo. Pero también nos sugiere la existencia de un universo tradicional andino en el que se funden, de manera orgánica, la geografía andina y sus habitantes.
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