La "Caput Argenteum" o "Busto-Relicario de Santiago el Menor", uno de los doce apóstoles de Jesús que fue obispo de Jerusalén hasta su martirio, es la más famosa de las reliquias del tesoro catedralicio.
El relicario actual es obra del primer tercio del siglo XIV atribuída al taller del compostelano Rodrigo Eáns, platero de la catedral en la época. A lo largo de los siglos, la pieza fue enriqueciéndose con diversas donaciones, joyas y pedrería, como varias piezas de la colección de don Berenguel de Landoira; gemas grecorromanas, incluyendo dos camafeos helenísticos, donadas por el arzobispo García de Manrique en los últimos años del siglo XIV; o las piezas de cristal de roca, que lleva sobre el pecho y la aureola, del siglo XV. Finalmente, en los siglos XVI y XVII se incorporaron diversas piezas de estilo clasicista, destacando la base.
También debe citarse el Brazalete de Suero de Quiñones, delicada cinta de oro con inscripción alusiva al donante, en 1434, que lleva la pieza al cuello.
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