Este cuadro representa al santo patrono de los cardadores de lana, junto a una carda o rastrillo de púas de hierro -instrumento de su martirio- y revestido de obispo, dignidad que llegó a ejercer en la ciudad de Sebastia (Armenia), a lo que alude la inscripción que presenta en la zona inferior.
Brillantemente iluminado contra un fondo oscuro, el cuerpo de San Blas gira hacia el interior del retablo, como para cerrarlo por el lado derecho.