Figura de Santiago Peregrino atribuida a Francesco Marino, uno de los orfebres del arzobispo Don Álvaro de Isorna, que había llegado a Santiago con el arzobispo predecesor. Obra de devoción personal con una clara influencia italianizante como la frontalidad clásica y los ropajes y sus decoraciones.
Santiago aparece con todas las características y atributos del Peregrino, una iconografía que se había estructurado en el siglo XIV, y, aunque el bordón con la calabaza, la esclavina y la diadema datan del siglo XVII, presumiblemente sustituían a otras de similares características.