Dentro de los cuadros que Peñalosa pintó para decorar las naves laterales del desaparecido convento dominico de los Santos Mártires de Córdoba, figura éste que representa a Santo Tomás, inspirándose en un grabado del flamenco Philippe Galle, del que tomó distintos elementos entre cuantos componen la escena, plasmando la imagen del santo teólogo dominico como claro referente de la sabiduría y el estudio, que, junto con la predicación, es el principal objetivo de la Orden.