Dentro de la corriente naturalista de mediados del siglo XV, que aúna elementos todavía del gótico internacional, se sitúa la figura de Bernardo de Arás. Documentado de 1433 - 1472, realizó varias obras para diversas iglesias de Huesca capital y provincia. Entre ellas, un retablo para la iglesia del Hospital de Nuestra Señora de la Esperanza, San Lorenzo y San Vicente, que se ubicaba en la plaza de la Universidad (hasta el tercer cuarto del siglo XIX, plaza del Hospital) enfrente del edificio del hoy Museo de Huesca. La tabla de San Vicente, mártir, pertenecería a este conjunto retablístico, realizado entre 1455 - 1470, y ocuparía el centro del retablo como santo titular; otra tabla conservada en el museo, El Calvario, se ubicaría en el coronamiento. Es una particularidad de Aragón esta forma de representar a un santo en edículo, en este caso San Vicente, rodeado de ángeles o figuras alegóricas, aquí cuatro ángeles que portan los atributos de su martirio: el ecúleo o cruz en aspa, los garfios de hierro, la rueda de molino y los látigos o flagelos.