La dorada a la sal es uno de los platos más habituales en las cartas de los restaurantes de la costa mediterránea. Esta forma de asar el pescado permite aplicar el calor, cocinándolo en seco; así se elimina parcialmente la grasa manteniendo los jugos y los nutrientes.
Como regla general, debe utilizarse sal -gorda y marina- en cantidad que doble el peso de la pieza que se quiere asar. Primero hay que poner una gran capa en la base, que aisle al pescado del fuego directo, cubrir el resto de la pieza, y regar la sal con agua para conseguir formar una costra. Al terminar la cocción es necesario dejar reposar unos minutos. Y cuando todavía está caliente, romper la costra.