Son pocas las noticias que sobre José de Páez existen, en comparación con algunos de sus contemporáneos; sin embargo, su legado artístico se encuentra por todo el país y alcanza otros, como Guatemala, Venezuela y Perú. Nació en la capital de Nueva España, su padre fue Baltasar de Páez, Maestro en el Arte liberal de leer, escribir y contar, cita Manuel Toussaint. Guillermo Tovar de Teresa menciona que Nicolás Enríquez fue su maestro, debido a las relaciones sociales que sostuvo con el padre del artista, dado que ambos aparecen como testigos de una boda en 1731.
El lienzo que observamos pudo haber sido una pintura exenta o formar parte de un conjunto mayor dedicado a la vida de la Virgen. Para representarlo los artistas no se basaron en la Biblia sino en distintos evangelios apócrifos. En particular esta escena es poco común en la iconografía cristiana y es probable que haya sido una petición especial: san Joaquín –anciano– sostiene con delicadeza a su hija, quien lleva la cabeza coronada de flores y va vestida con túnica blanca y manto azul, atributos de la Inmaculada Concepción.
La Virgen Niña sostiene una vara con tres flores de lirio, símbolo de castidad.