Esta emblemática imagen muestra en primer plano un hombre de complexión famélica, vestido con larga camisa blanca, descalzo y con expresión perdida, se lanza al abismo desde una roca, extendiendo el brazo con un puñal que sostiene en la mano izquierda. A sus pies, en segundo plano, se describe un somero paisaje donde yace un hombre muerto sobre un reguero de sangre y otro personaje ahorcado en un árbol. Sobre la roca se disponen una serie de objetos alegóricos para el romántico: el tintero y la pluma del escritor, una espada, una laurea sobre una cruz en alusión a la fama, varios libros y una calavera símbolo de la muerte. La pincelada alenziana, sintética, suelta y abocetada, y el intenso cromatismo, en especial en el azul que sugiere la noche, enfatizan la intensidad del cuadro.
Leonardo Alenza participó en la exposición del año 1839 con esta "Sátira del suicidio romántico" y su pareja, "Sátira del suicidio romántico por amor". Tratado en el "Werther" de Goethe, el suicidio se convierte en auténtico mito durante el Romanticismo europeo. Ya las críticas en la prensa de la época, y durante toda su trayectoria posterior, señalaron el incisivo tono irónico que supo plasmar el pintor, integrándose en la línea crítica hacia los excesos románticos de sus contemporáneos, encabezada por su amigo Mesoneros Romanos. Sin embargo, la obra está imbuida de esa desesperación y el vacío que acuciaron al intelectual romántico, la relación entre la muerte, la belleza y lo sublime, se expresan aquí en un paisaje abismal, nocturno y desolado.
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