En este retrato de mujer recostada en un diván de un patio típico sevillano, Diego López pretende recoger todo el encanto de la mujer andaluza. Sus profundos ojos miran con gracia al espectador, que la contempla vestida con un fulgurante vestido blanco en el que el pintor hace un alarde técnico en la plasmación de matices y transparencias El fondo arquitectónico que la enmarca, un patio sevillano de arcadas, adornado con cuadros y plantas, queda en un segundo plano cediéndole el absoluto protagonismo a la figura femenina. Es interesante destacar la fama que la modelo, María Romero, adquirió entre los pintores de las primeras décadas del siglo XX en Sevilla. Dada a conocer por Sorolla, que se enamoró de su desparpajo y su belleza racial, durante su estancia en nuestra ciudad, fue modelo también de Diego López desde 1919, que la retrató en al menos tres ocasiones. Esta obra, “Sevillana en su patio” es considerada la mejor obra del pintor.
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